Dialéctica en contra del hipster

  • – Todo esto, Jason Schwartzman, Bored to death, Mad men, los Huckabees: estar en Brooklyn y ver a este gente que le ha dado la vuelta al concepto de decadencia. Ahora lo cool es, literalmente, lo cool. Andar en bicicleta, comer comida orgánica, separar tu basura, leer existencialismo, sofisticarte y hacerte consciente de tu entorno y tu planeta. La Condesa y la Roma y Coyoacán, al sur, donde viven los hippies que maduraron y ahora tienen dinero y son profesores de humanidades. Ya odio el término hipster, pero en realidad va de la mano de algo intelectual: no puedes ser hipster si eres un idiota. No son sólo las drogas: es una visión sofisticada del mundo. Lo que preocupa es que estas personas tengan tan bien “digeridas” -aparentemente- estas teorías, pero no propongan nuevas
  • – A eso iba: sofisticada, sí, pero inútil. Muerta. Es el McDonalds de la filosofía. Vas a la Barnes & Nobles, comprás una magnífica edición de Camus por dos mangos, la lées en Starbucks y después vas a tu pisito, regás tu plantita de marihuana y seguís siendo la mierda pretenciosa que eres.